Entre las diferentes rutas a Santiago, la del Camino Primitivo presume de ser la más solitaria, la original y genuina, la de los caminos más angostos y a su vez la que mejor te puede conducir bosque adentro. No urge en alcanzar grandes ciudades sino que avanza tranquilamente serpenteando picos y arroyos. Comunicando habitantes de una suerte de pueblos y aldeas, unas veces a motor y otras en formación libre entre el ganado.

















